viernes, 4 de septiembre de 2015

Babel

Existió un tiempo en el que éramos felices, hace ya mucho tiempo, y lo hecho de menos; fue antes de la gran obra. No es que todo fuese perfecto, pero era mucho mejor que esto. Al menos teníamos la ilusión de entendernos, sabíamos donde estábamos unos respecto de otros; cierto es que nos aburríamos, que teníamos demasiado tiempo; No se... quizás sea el único capaz de comprenderlo, a fin de cuentas soy el único que queda de aquellos tiempos.
Durante años intenté explicarlo a las nuevas generaciones, pero no sé el alcance que tienen mis palabras en sus mentes; en la realidad sus efectos son pocos.
Sería bonito que todo pudiese volver a ser como antes, seria realmente maravilloso, todos los días sueño con ello, todas las noches acuden a mí los consuelos del recuerdo. A veces...
Hace ya tanto tiempo que a veces creo que fue sólo un sueño, hay veces en que creo que me vuelvo loco y olvido, me convierto en un animal, en su sentido más estricto, son tantos los anhelos del pasado que sólo puedo construirle un muro a mi humanidad para evitar que se extinga.
Existió un tiempo en el que colaborábamos, teníamos la ilusión de controlar nuestro mundo, no es que lo creyésemos, es que éramos dioses. Nos sentíamos así en grupo. Claro que los grupos eran otra cosa de lo que son ahora.
Aún me brillan los ojos con ese sentimiento que asemeja alfileres o agujas recorriéndome el alma. ojalá siga vivo, en mi, este sueño, es como una bandada de golondrinas justo antes de llover ¿Alguien se ha fijado? Van cruzándose unas con otras rozando el suelo, dicen que es por la humedad y que nunca se posan. Pero nosotros dimos contra el suelo. Queríamos hacer lo más grande; nuestros pastos, nuestros bosques, no nos bastaban. No nos bastaba recolectar y jugar, no nos bastó guarecernos del frío, ni siquiera tener animales domésticos.
Nosotros solíamos contar historias al calor de una hoguera, creímos en Dios y le construimos su casa en el cielo; Nos gustaba jugar, y quisimos llegar hasta allá arriba, nos pusimos manos a la obra.
Pero necesitábamos dividirnos para realizar las tareas necesarias.... Y Babel se derrumbó.

lunes, 3 de agosto de 2015

Arquetipos

Vamos a ver. Punto primero, los "Arquetipillos" esos. ¿De dónde proceden? Porque las primeras "sociedades" se las debemos a "Hembras" y hablo desde el inicio de la "especie". ¿Cómo se suplantó el matriarcado por el patriarcado? ¿No fué en base a la fuerza física? Paso dos: ¿No ha cambiado un poquito la sociedad desde que tenemos máquinas? Y lucha contra el analfabetismo, implantación de la mujer en el mercado de trabajo (Forzosa ya) disolución de los "roles tradicionales" Separación de la familia cuando se trata de "inculcar conocimientos" a la prole... ¿No será necesario cambiar los arquetipos en una sociedad cambiada? ¿En qué se basaran los arquetipos del mañana si la fuerza física ya no es necesaria ni un valor al alza? ¿Serán justos los arquetipos teniendo en cuenta que las funciones desempeñadas son las mismas? Punto tres: Los altos cargos desempeñados por "mujeres específicas" me indican que no pintamos el mundo de rosa precisamente. ¿Vamos a seguir jugando a los arquetipos? Punto cuatro: ¿Donde metemos a las "mujeres" que tienen más testosterona de la normal, los hombres que tienen menos de la normal, los hombres que son inmunes a su propia testosterona y desarrollan cuerpo femenino, las personas con genomas atipicos? ¿Las personas que dicen sentirse identificadas con el arquetipo opuesto? ¿No existen? Yo quiero entender que no vivo en una sociedad arcana ya en la que el individuo no tenía cabida por cuestión de supervivencia, de hecho el papel de la mujer en la antigua sociedad era importantísimo y necesario: Lavar a mano, conocer las especias y alimentos desde el punto de vista sanativo, evitar intoxicaciones, cuidar a más de siete niños en el seno familiar...... Pero hoy en día ¿Qué hacemos? ¿Nos quedamos en casa viendo la tele y enloqueciendo? ¿Metemos vodka en el armario hasta que llegue el macho? Si la sociedad ha cambiado, las situaciones, los contextos, es necesario que hagamos actualización. Y si los puntos para la supervivencia son distintos, forzoso es que cambien nuestros arquetipos. Si algo tiene de glorioso el SER HUMANO es nuestra lucha por sobreponernos a nuestra naturaleza,.. En fin, machos o hembras, buenos días y disfruten de sus propias personalidades.

domingo, 2 de agosto de 2015

Sequia

El campesino estaba cansado de intentar arrancarle algo a la árida tierra, estaba cansado de la miserable utilidad que aún le quedaba a su herramienta. Tán solo restaba volver con los suyos, con los pocos que quedaban, con mil lágrimas regresó a su casa y dejó la pala plantada, prometiendose no volver a tocarla. La sequía había sido tán larga que no tenía fuerzas ni víveres. Pasaría el resto de su tiempo abrazando a sus hijos. Lugrubremente y bajo el intenso sol se dirigió a su choza. Allí, donde quedaba una sombra. Su hijo pequeño: Ignacio, le preguntó: - Papá ¿Dónde se ha ido mamá? - Al cielo Ignacio, a intentar convencer a Dios para que vuelva a llover...

viernes, 27 de febrero de 2015

Idolos

Idolos de sí mismos que se quedan sin caras, nada parece importarles y nadie sabe que tienen bajo sus barbas.
Esclavos de sus silencios se quedaron sin sus propias palabras, bajo el sol del tormento una estaca de hielo por sus hambrientos corazones formada, en hilera la adoran la convierten en un muerto, dejandola en la tierra clavada y ofreciendole juramento.
Repitiendo las fábulas de los ancestros, olvidan la persistencia de lo eterno, cómo si todos los caminos cupiesen en su cesto, quieren meter la infinitud en su triste huerto.
Se les olvidó que al igual que un padre que ama a un hijo, para aconsejar en la vida, al cruzar la calle o mirarse en un espejo no se puede aplicar el mismo verbo.

miércoles, 7 de enero de 2015

Sobrevivir al odio

Sobrevivir al odio, al simple odio que todo lo enajena, al odio terco y visceral que no tiene fundamento alguno. Saberse víctima de la tempestad salada de muerte que lo circunscribe y anclar la razón en el endeble montículo que sobresale en esa pequeña corriente de lagrimas dulces con la que nacimos. Esperar, un día, un mes, años. Rezar porque no se sumerja eternamente y observar como la marea sube y baja, tratando de no perder la esperanza, quietos y atentos por si perdemos el asiento y prestos para restablecerlo. Todo para al fin, cuando se da el cambio, poder arrastrarnos hasta ese hilo, el hilo de lagrimas dulces, que nos conducirá a tierra.